Pendientes hechos en plata de manera artesanal en nuestro taller de Cuenca.
En la refrescante y segura oscuridad, bajo las sólidas piedras y el espeso musgo, el abejorro, con su llamativo zumbido, se refugia del ajetreo exterior. Porque él es un ser especial que llena de melodía el aire, cultiva las flores y vive en pequeños grupos de perfecto engranaje.
Porque no se necesita mucho para tenerlo todo, la sencillez de esta pieza destaca, al igual que el insecto que representa, por su calidez y brillo, como el de las tardes de verano, serenas y apacibles, en las que el abejorro corta el viento y enamora los pétalos sobre los que siembra vida.