La frescura de tener bailando en las orejas el susurro mecedor de las etéreas alas rozándose con el aire. Un ser diminuto, un cuerpo verde capaz de encender la noche entre el fulgor plateado de sus ojos curiosos.
La capacidad de salirse de lo establecido, de romper las normas y atreverse a amar aquello que a otros repele. No es una mera avispa, es el aguijón de lo diferente, de quien vuela sobre flores de mil colores retando a la primavera, moviendo el mundo con un simple zumbido, el zumbido de convertir lo común, en extraordinario.
MEDIDAS, COMPOSICIÓN Y DETALLES:
- Hecho a mano en nuestro taller ubicado en Cuenca.
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